El Salvador, próximo a convertirse en depósito migratorio de EEUU: Bukele y Trump negocian acuerdo de ‘Tercer país seguro’

En las últimas horas ha trascendido que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, está en conversaciones avanzadas con el gobierno de Donald Trump para designar al país centroamericano como un «tercer país seguro».

Este acuerdo permitiría a Estados Unidos deportar a migrantes, incluso aquellos que no sean originarios de El Salvador, a este pequeño país, según revelan reportes recientes de CBS News.

El concepto de «tercer país seguro» implica que los migrantes que buscan asilo en Estados Unidos podrían ser enviados a El Salvador para solicitar protección allí en lugar de en territorio estadounidense.

Esto esencialmente transformaría a El Salvador en una especie de «depósito migratorio» para aquellos que no son bienvenidos en EE.UU., una estrategia que se enmarca dentro de la política de «cero tolerancia» del gobierno de Trump respecto a la inmigración ilegal.

El artículo de CBS News menciona que las conversaciones se han mantenido en secreto, pero han avanzado lo suficiente como para que funcionarios estadounidenses estén optimistas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo.

La noticia ha generado una ola de críticas, especialmente considerando declaraciones previas del presidente Bukele, quien en varias ocasiones ha subrayado que «no somos el patio trasero, ni el patio delantero de nadie».

La ironía de que Bukele, quien se ha posicionado como un defensor de la independencia nacional, ahora esté abriendo las puertas a un acuerdo que podría convertir a El Salvador en un destino para migrantes de otras nacionalidades, ha sido ampliamente debatida en redes sociales.

Además, el artículo de CBS News señala preocupaciones específicas sobre cómo El Salvador manejaría un aumento en el número de migrantes. La infraestructura y los servicios sociales del país ya están tensionados, y la adición de personas que necesitan protección internacional podría exacerbar estos problemas.

Existe también la preocupación de que, al no ser salvadoreños, estos migrantes no tengan redes de apoyo o familiares en el país, lo que complicaría aún más su integración y bienestar.

La crítica también se centra en los potenciales riesgos de seguridad. Se informó que entre los migrantes deportados podrían encontrarse miembros de El Tren de Aragua, una megabanda criminal de origen venezolano.

El Salvador, un país con sus propios desafíos económicos y sociales, podría verse desbordado por la llegada de migrantes de diferentes nacionalidades.

La noticia ha dado munición a los opositores de Bukele para cuestionar su coherencia y transparencia en temas de política exterior, especialmente cuando se trata de asuntos tan sensibles como la migración y la seguridad nacional.

El acuerdo aún no está finalizado, y los detalles sobre cómo se implementaría y qué beneficios o compensaciones obtendría El Salvador siguen siendo objeto de especulación.

En respuesta a estas críticas, no se ha reportado aún ninguna declaración oficial de parte de Bukele o su gobierno.